¿Por qué el consumo de alimentos procesados en México aumentó un 30%?

En México, el consumo de alimentos procesados ha experimentado un incremento preocupante en los últimos años. Según cifras presentadas por el Banco de México (Banxico), el gasto de las familias en alimentos procesados aumentó un 30% y el de ultraprocesados creció un 20.5% entre 2006 y 2022.

Estos datos reflejan un cambio significativo en los hábitos alimenticios de los mexicanos, quienes ahora destinan una mayor parte de su presupuesto a productos fabricados con técnicas industriales y aditivos químicos como colorantes, emulsiones y conservantes.

La categoría de alimentos ultraprocesados incluye productos como refrescos, cereales, panes, pasteles, botanas y embutidos, los cuales son conocidos por su bajo valor nutricional y su alto contenido de calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio.

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El informe de Banxico también destaca las variaciones regionales en el consumo de estos productos. El aumento más significativo se observó en el Sur del país, donde el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados creció un 28.1%.

En el Centro Norte, el incremento fue del 8.1%, mientras que en la región Centro fue del 6.8%. En el Norte, el aumento fue más moderado, con un 4.1%. A nivel nacional, el consumo calórico ha aumentado en un 12.1%.

Este cambio en los hábitos alimenticios preocupa a los expertos en salud pública, quienes advierten sobre las posibles consecuencias negativas para la salud de la población. El aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados se ha asociado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

A la baja alimentos saludables

En contraste, el gasto en alimentos considerados saludables ha disminuido. Esto sugiere una tendencia hacia una dieta menos equilibrada y nutritiva, lo que podría tener implicaciones a largo plazo para la salud de los mexicanos.

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Las autoridades y los expertos en nutrición están haciendo un llamado a la población para que adopte hábitos alimenticios más saludables y reduzca el consumo de alimentos ultraprocesados. Recomiendan optar por alimentos frescos y naturales, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.

Además, se sugiere implementar políticas públicas que promuevan una alimentación saludable y regulen la comercialización de alimentos ultraprocesados, especialmente entre los niños y adolescentes, quienes son los más vulnerables a los efectos negativos de estos productos.

La educación y la concienciación sobre la importancia de una dieta balanceada son esenciales para revertir esta tendencia. Solo a través de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, las instituciones de salud y la sociedad en general se podrá mejorar la salud y el bienestar de la población mexicana.