Albóndigas de mamut: ¿la próxima frontera de la carne cultivada?

Una start up australiana de carne de laboratorio ha develado su más reciente innovación, una albóndiga del tamaño de un balón de fútbol con ADN de mamut.

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Las innovaciones en el campo de la carne cultivada cada vez más redefinen lo límite de lo posible. La start up australiana Vow, comprometida con un desarrollo disruptivo de la carne de laboratorio, ha anunciado la creación de una albóndiga, que se construye con carne de oveja cultivada en laboratorio y presenta un gen de mioglobina de mamut.

Dicho gen es responsable del sabor en la carne, debido a que enlaza el hierro a la proteína. Seguido a esto, Vow completó la secuencia de ADN necesaria a través de material genético del elefante africano, el familiar más cercano del mamut lanudo.

Aunque el producto no está pensado para la comercialización aún, debido a que es desconocido su potencial alergénico, sí busca hacer una reflexión sobre la industria ganadera en general, así como su impacto en el medio ambiente y la seguridad alimentaria mundial. 

"El sistema alimentario actual se enfrenta a numerosos retos, y el estado de la ganadería está a la cabeza de estas preocupaciones. A pesar de los esfuerzos por reducir nuestra dependencia de los productos animales, la tendencia a comer más carne continúa, sobre todo en los países desarrollados, donde el consumo medio ya ha alcanzado un máximo histórico. Y a medida que los países en desarrollo experimentan un crecimiento económico y un mayor acceso a la carne, se prevé que esta tendencia siga aumentando. Está claro que tenemos que cambiar radicalmente nuestra forma de comer", explica la empresa en su sitio web. 

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Por su parte, Tim Noakesmith, cofundador de Vow, explicó: "Queríamos entusiasmar a la gente con la idea de que el futuro de la comida fuera diferente a lo que teníamos antes. Pensamos que el mamut sería un tema de conversación. Lo que queríamos era ver si podíamos crear algo que fuera un símbolo de un futuro más emocionante que no solo fuera mejor para nosotros, sino también mejor para el planeta".

Retos para la carne cultivada

Si bien es alta la expectativa para que la albóndiga llegue a los platos de los consumidores ávidos de nuevas experiencias y aquellos quienes buscan comer carne sin que el sacrifico de un animal esté involucrado en el proceso, hay que entender que existen muchos factores por los cuales la carne cultivada en todas sus presentaciones es aún una posibilidad lejana. 

Como se había enunciado antes, uno de los principales desafíos es la seguridad de un producto como una albóndiga de mamut, pues se trata de una carne que no ha estado disponible para el ser humano por más de 5000 años. No se puede predecir cómo el organismo humano interactuará con una proteína de esta naturaleza, especialmente por potencial alergénicos. 

A partir de este reto se desprende otro: la regulación. Son escasos los países en el mundo donde se puede producir y consumir carne cultivada, siendo aprobada en su totalidad solo en Singapur. Estados Unidos recientemente declaró este tipo de productos como seguros, pero queda mucho camino por recorrer para la aprobación de instalaciones seguras para la producción de proteínas cultivadas. Israel, por su parte, es pionera en fábricas de este tipo en el mundo, pues abrió la primera en 2021, aunque su consumo local no está regularizado. 

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Un reto adicional es el costo de manufactura de proteínas cultivadas. No necesariamente por su precio, pues desde 2021, un filete cultivado rondaba los 50 dólares y hoy en día pueden manufacturarse por menos de dos dólares. Según la consultora Global Market Insights, uno de los factores que ralentizan el crecimiento de esta industria son los altos costos de instalación de fábricas.