
Cuando escuchamos hablar de revoluciones industriales, lo primero que se nos viene a la cabeza es un avance o desarrollo tecnológico que llega para transformar la vida productiva tal y como la conocíamos, así pasó con la maquina a vapor, la electricidad e incluso, con Internet. Sin embargo, cuando hablamos de la Cuarta Revolución Industrial, estamos hablando de mucho más, estamos hablando de convergencia.
Si nos remitimos a su definición más básica, la 4RI es "la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas". Ya no solo se trata de una tecnología que llega a transformarlo todo, sino de la unión de muchos procesos alrededor de la vida humana que hoy significan una oportunidad real para cambiar el mundo en el que vivimos.
A diez años de cumplirse el plazo para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- de la ONU, el mundo se enfrenta a un gran reto que pone en riesgo el cumplimiento de los mismos, según un informe de la Fundación Bill y Melinda Gates, durante este año los avances hacia los objetivos se han detenido y, en muchos casos, retrocedido; con cifras tan alarmantes como un aumento del 7 % en los índices de pobreza extrema o que las tasas mundiales de inmunización han retrocedido 25 años en solo 25 semanas.
Ha llegado el momento en que se hace imperativo un cambio radical, una transformación real del mundo en el que vivimos y su forma de habitarlo, como lo denomina el Foro Económico Mundial: un Gran Reinicio.
Para enfrentar estos grandes cambios, se hace necesario replantear sistemas completos e implementar estrategias centradas en el humano y que tengan siempre como norte el desarrollo sostenible e inclusivo, y es allí donde la Cuarta Revolución Industrial significa una gran oportunidad para todos. Sin embargo, para lograr esto es importante conocer, apropiar y maximizar los beneficios de esta revolución y llevarlos a todos los rincones del planeta.
Esta es la razón por la que hoy existe la Red Global de Centros para la Cuarta Revolución Industrial, creada por el Foro Económico Mundial y de la que hace parte Colombia, con su centro afiliado. El trabajo en red, desde el conocimiento de los retos y contextos locales, nos ha permitido, desde la creación de la red, entender cuáles son los principales retos que tenemos como humanidad y empezar a plantear soluciones basadas en tecnologías emergentes, como blockchain, Internet de las cosas, inteligencia artificial, entre otras.
En el Centro para la Cuarta Revolución Industrial de Colombia, C4IR.CO, hemos venido trabajando, desde nuestra inauguración en abril de 2019 y la entrada en operación en agosto del mismo año, en identificar evidencias sobre la importancia de equilibrar tres elementos clave: la gobernanza tecnológica, la adopción de tecnología y el uso de los datos. Tres ejes que se hacen fundamentales para avanzar hacia la transformación digital y nuevos modelos productivos basados en tecnología. Esto, con el propósito de mitigar problemas sistémicos de gran impacto en la región como lo son la corrupción y falta de transparencia, la desigualdad y la baja competitividad y productividad.
En este aspecto, por ejemplo, venimos trabajando de la mano de entidades nacionales, como InnÂpulsa y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en el desarrollo de un proyecto que busca promover la adopción de tecnologías 4IR en las mipymes colombianas, que dará pie a soluciones escalables a futuro que podrán impactar positiÂvamente el proceso de reactivación económica; así mismo en convenio con el Ministerio de las TIC, identificamos oportunidades para mejorar la eficiencia en cadenas de suministro con la implementación de tecnología blockchain y las posibilidades que tienen los pequeños y medianos agricultores de utilizar inteligencia artificial en su camino hacia la transformación digital.
Estos son solo algunos ejemplos de la capacidad transformadora que tenemos en nuestras manos, y en cómo, la Cuarta Revolución Industrial, más allá de ser un gran avance tecnológico, es la oportunidad real, de cambiar el mundo.