Los exagerados costos en los que las plantas de beneficio tienen que incurrir en los procesos de inspección vigilancia y control (IVC) de acuerdo con los términos establecidos por el
INVIMA, están afectando la competitividad de las Plantas de Beneficio Animal para consumo humano y de no revisarse este sistema, aumentarán de manera inevitable el costo de la carne de pollo, cerdo y res a los consumidores.
Al respecto, la industria cárnica invierte importantes recursos para alcanzar los estándares establecidos en la legislación sanitaria cumpliendo con las Resoluciones 240, 241 y 242 de 2013; que permiten garantizar y validar la inocuidad del producto terminado.
Sin embargo,
el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamento y Alimentos, INVIMA, al establecer la inspección permanente, insiste en un doble sistema de vigilancia del estándar sanitario, que además de innecesario, encarece el sistema, impacta la competitividad y aumenta la informalidad.
El Decreto 1282 de 2016, que habilita las Plantas para continuar desarrollando sus actividades de beneficio hasta que cumplan con la totalidad de los requisitos sanitarios establecidos en el Decreto 1500 de 2007 y sus disposiciones reglamentarias, establece la Autorización Sanitaria Provisional en la que el INVIMA asigna una Inspección Oficial Permanente y otra de Inspecciones Auxiliares. Este sistema de inspección debe ser pagado por la planta de beneficio, según la tarifa correspondiente definida en la Resolución 2016031844 de INVIMA.
Las cifras son alarmantes. Una planta especial o de autoconsumo, requiere de la inspección de un oficial y de un auxiliar con unos costos aproximados de $185´000.000 anuales.
Pero cuando las plantas son de categoría nacional o de tipo exportación, se requiere la inspección de dos oficiales y cuatro auxiliares; alcanzando cifras superiores a los $540´000.000 anuales. Las tarifas establecidas varían según el día, la hora y los turnos, debido a que aumenta el valor en dominicales, festivos y nocturnos.
Este sistema de inspección adicional e innecesario, aumenta de manera inevitable los costos de producción, lo que se traduce en un aumento tanto del precio final al consumidor, como de la inflación, con la consecuente contracción del mercado.
La industria cárnica hace un enérgico llamado a los Ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural, y de Salud y Protección Social para que se suspendan las medidas y normas relativas a la Inspección Vigilancia y Control que conlleve las Resoluciones de Autorización Sanitaria Provisional que está implementando el INVIMA, en cumplimiento del Decreto 1282 del 8 de agosto del presente año, hasta tanto se realice una concertación que conduzca a un sistema funcional y que consulte a la realidad nacional.
Por último, la industria cárnica extiende una invitación para que este tipo de decisiones se fundamenten en estudios técnicos y jurídicos previos y lleguen a ser reales gracias al consenso de los actores involucrados, debido a que impactan la seguridad alimentaria de los colombianos.
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