¿El Omega-3 ayuda a perder peso en corto plazo?: esto dice la ciencia

El Omega-3, un tipo de grasa insaturada, ha demostrado su eficiencia para disminuir el apetito; acelerar el metabolismo; el desarrollo de músculo; y la reducción de triglicéridos. 

---

La obesidad y el aumento de peso se han convertido rápidamente en un tema de salud pública mundial. Según cifras del World Population Review, las personas con obesidad se han triplicado desde 1975, llegado a sumar  más 2.100 millones, aproximadamente, el 30 % de la población total, y esta cifra sigue aumentando.

Según datos de la FAO, alrededor de 3,4 millones de adultos mueren cada año como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Además, el 44 % sufre de diabetes y el 23 % presenta  cardiopatía isquémica. Por eso no es de extrañar que las autoridades sanitarias y los expertos en nutrición estén trabajando constantemente en difundir modelos de vidas más saludables, que tienen como centro una alimentación equilibrada y una suplementación eficiente.

 Sí bien son numerosos los productos que son lanzados al mercado con el rótulo de ser la solución definitiva para la pérdida de peso, son pocos los que cuentan con un sustento científico, de décadas, y ofrecen una serie de importantes beneficios para la salud, entre ellos, el Omega-3.
 

¿Qué es el Omega-3?

Es bien sabido que el cuerpo humano puede producir la mayor parte de las grasas que necesita, a partir de los alimentos que ingiere; sin embargo, no sucede lo mismo con el Omega 3.

Los ácidos grasos Omega-3 son un tipo de grasa insaturada; más específicamente son ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), los cuales se dividen en diferentes tipos de grasa.

La ciencia ha descubierto, hasta la fecha, once tipos, sin embargo, la Oficina de Suplementos Dietéticos (ODS) de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por su sigla en inglés) de Estados Unidos reconoce tres como los principales:

• Ácido alfa-linolénico (ALA): Presente en frutos secos como las nueces y semillas como la linaza, este ácido graso es necesario para el crecimiento y el desarrollo, además se ha documentado sobre su contribución para disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas.
• Ácido docosahexaenoico (DHA): Presente en los huevos, los pescados grasos y las algas, este ácido graso es fundamental para la formación y funcionalidad del sistema nervioso, especialmente para el cerebro y la retina.
• Ácido eicosapentaenoico (EPA): Presente en los pescados grasos de agua fría, como el salmón. También se encuentra en los suplementos de aceite de pescado, junto con el ácido docosahexaenoico (DHA).

Y aunque el ALA es una maravillosa fuente de energía y se incluye en muchos alimentos, el cuerpo lo utiliza para producir los dos ácidos grasos EPA y DHA, reconocidos por sus mayores efectos benéficos para la salud.

A pesar de que sólo se necesita una pequeña cantidad de ALA, las investigaciones han demostrado que el cuerpo humano es ineficiente en la producción de EPA y DHA, lo cual explica la popularidad, aun insuficiente, de los suplementos de Omega-3, ya que aunque se recomienda la ingesta diaria de 250 mg de estos ácidos grasos, menos del 20 % de la población mundial tiene acceso a ello.

¿Cómo ayuda el Omega-3 a perder peso?

Los beneficios para la salud de una dieta rica en Omega-3 parecen estar bien establecidos, donde se destacan:

• Disminución del apetito
• Aumento del metabolismo
• Aumentar las calorías quemadas a través del ejercicio
• Desarrollo muscular
• Mayor reducción de triglicéridos 

Sin embargo, un grupo de investigación de Nutracéuticos de la Universidad de Newcastle, realizó un estudio para evaluar los efectos de una dieta rica en Omega-3 y si puede contribuir a la pérdida de peso.

El equipo informó, que a corto plazo, la suplementación con aceite de pescado mejoró el perfil metabólico de los participantes del estudio, pero tuvo poca influencia en la pérdida de peso.

Lea también: Cultivo de microalgas puede impulsar producción alimentaria

La investigación, publicada en la British Journal of Nutrition, evidenció que los ácidos polinisaturados de la cadena larga del Omega-3 combinados con una dieta baja de energía ayudaban a la pérdida de peso y a su mantenimiento, sin embargo, los resultado revelaron que la ingesta de Omega-3 seis veces al día, en porciones de 70 mg EPA y 270 mg DHA, dio lugar a la reducción del peso hasta la decimocuarta semana de pruebas.

El estudio también demostró que la ingesta de Omega-3 mejora el metabolismo, contribuyendo a una pérdida de la masa de la grasa hasta la semana 14, pero no tiene un efecto significativo o ayuda a mantener las pérdidas.

Los investigadores concluyeron que los beneficios de cargar las células y  membranas celulares con ácidos grasos omega-3 antes de la implementación de un programa de pérdida de peso merecen seguir examinándose.

¿Omega-3 vegano y sustentable?

Aunque la creencia generalizada es que las mejores fuentes  de Omega-3 son los pescados grasos, como el salmón o el atún, la tendencia hacia una mayor sostenibilidad y el auge del vegetarianismo está provocando que los productores estén evaluando fuentes alternativas. 

Investigaciones han permitido establecer que ciertas especies de microalgas son especialmente ricas en EPA y DHA, además de ser  extremadamente prolíficas en entornos regulados que contienen luz ultravioleta, oxígeno, sal y glucosa, duplicando su peso diariamente.

Adicionalmente, reducen el calentamiento global, porque son captadoras de CO₂. Tienen una gran disponibilidad nutricional  y son agradables de tomar, porque no tienen sabor de pescado. No contienen metales pesados, lo que las hace muy adecuadas para mujeres embarazadas o lactantes, para niños y personas mayores o convalecientes.