La amenaza del reloj
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Hay que evitar el aumento irreversible de temperaturas, pues amenaza el sistema alimentario y la industria. Estamos en un punto de no retorno.
En 2022, la sostenibilidad se conjugará con la transparencia y la credibilidad. ¡Ya es imposible de ignorar!, máxime, cuando los sistemas alimentarios son responsables del 31 % (16.500 millones de toneladas métricas) de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, según los datos más recientes de la Organización para la Agricultura y la Alimentación, FAO.
Es por lo anterior, que los líderes de las compañías de alimentos y bebidas alrededor del globo están sorteando las constantes demandas por reducir las emisiones, mitigar el uso del plástico y materializar sus compromisos con las comunidades, a la vez que deben convencer a sus accionistas que los altos costos iniciales para proyectos de estas iniciativas valdrán la pena a largo plazo.
Porque de algo sí no hay duda: la sostenibilidad será rentable, no solo porque los consumidores serán los verdaderos jueces, sino por el impacto que tendría el calentamiento global sobre la cadena de suministro. El pasado mes de septiembre, el Journal of Environmnt Economics and Management publicó un artículo en el que se hace una sentencia lapidaria: en un "escenario de calentamiento vigoroso", los rendimientos de los cultivos globales podrían caer hasta un 12% para 2050 y un 25% para 2100, momentos en que demandarán alimentos 9.000 y 11.000 millones de personas, respectivamente, según estimaciones de la Organización de Naciones Unidas, ONU.
Por eso no es de extrañar, que cada vez más compañías de alimentos parecen estar abordando el objetivo de cero emisiones netas de frente, integrando a sus agendas temas como la agricultura regenerativa, el consumo de agua, el bienestar personal, la contaminación plástica y la pérdida de biodiversidad.
Necesitamos motivar a todo el sector empresarial si queremos lograr colectivamente la ambición de 1,5 °C del Acuerdo de París
Y es que una reciente investigación adelantada por Globespan, respaldada por PepsiCo y en la cual se consultaron a 30.000 personas en 31 mercados, mostró que el 47 % quiere cambiar su estilo de vida “mucho” para ser más respetuoso con el medio ambiente, aunque solo el 23 % manifestó que ha realizado cambios importantes en los últimos 12 meses.
TIPOS DE EMISIONES
Según el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero reconocido internacionalmente, las emisiones de una organización se dividen en tres “alcances”:
Alcance 1: Cubre las emisiones directas de fuentes propias o controladas.
Alcance 2: Cubre las emisiones indirectas de la generación de electricidad, vapor, calefacción y refrigeración comprada y consumida por una organización informante.
Alcance 3: Incluye todas las demás emisiones indirectas que ocurren en la cadena de valor de una empresa
“[Necesitamos] motivar a todo el sector empresarial si queremos lograr colectivamente la ambición de 1,5 °C del Acuerdo de París y reducir a la mitad las emisiones antes de 2030”, afirmó Dave Ingram, director de adquisiciones de Unilever en el marco de Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, COP26, en la que participaron 75 representantes de 32 empresas de alimentos y bebidas o asociaciones comerciales, según un análisis del Centro de Política Alimentaria de Universidad de Londres.
Entre los asistentes se destacaron Grant Reid, CEO de Mars; Ramón Laguarta, CEO de PepsiCo; además de un director de Danone y representantes de Nestlé, Walmart, el grupo cárnico brasileño Marfrig y la Unión Nacional de Productores Lácteos de Rusia.
Es ahora cuando los dueños de marca deberán navegar en aguas con vientos cruzados: por un lado, la demanda de mejores productos y la vez mejores para el planeta, porque el consumidor reclama ambos. Esto podría hacer que los cultivos 'olvidados' se adopten, que los 'lácteos éticos' ganen fuerza y que el debate sobre la 'mejor' carne llegue a un punto crítico, entre otros temas de constante debate.
Es por lo anterior, que algunas marcas han comenzado a transformar sus políticas de sostenibilidad, entendiendo que sus programas de antaño no responden a las necesidades actuales.
Por supuesto, los enfoques son diversos, hay quienes han hecho mayor énfasis en la transición a las energías renovables, sin embargo, si desean ampliar su alcance a la reducción de emisiones indirectas, la atención se deberá centrar en nuevos modelos, productos y nuevas relaciones con los proveedores.
En IAlimentos hemos querido reseñar las iniciativas que están tomando las compañías líderes conforme a sus objetivos de sostenibilidad y cómo se alinean con las metas trazadas a nivel internacional.
PEPSICO
La segunda compañía más importante bebidas gaseosas trazó su objetivo de lograr cero emisiones netas para 2040, con un plan de evaluación a 2030.
Según ha afirmado el gigante estadounidense, planea reducir las emisiones absolutas de GEI en sus operaciones directas (emisiones de Alcance 1 y 2) en un 75 % para 2030, en comparación con la línea de base de 2015. En ese mismo año, la empresa quiere reducir las emisiones de Alcance 3 en un 40%.
Para lo anterior, PepsiCo ha declarado que está acelerando sus esfuerzos en áreas prioritarias, las cuales incluyen agricultura, empaque, distribución y sus operaciones.
MONDELEZ INTERNACIONAL
2050; ese fue el año que se puso como objetivo el peso pesado de los snacks de EE. UU. para dejar en cero sus emisiones netas, según dio a conocer a principios de 2020.
Sin embargo, el pasado noviembre, la compañía informó importantes avances: una reducción del 24 % en las emisiones de CO2 de la fabricación el año pasado, junto con una reducción del 33 % en el uso de agua, en comparación con su objetivo del 10 %. El desperdicio total también se redujo en un 31 % frente a un objetivo del 20 %.
Unilever emitió un bono de 338 millones de dólares para financiar proyectos sostenibles.
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“Si bien ya hemos logrado un progreso significativo, el camino hacia el cero neto requerirá una mayor transformación de nuestro negocio, así como una colaboración global entre industrias, sectores y paisajes”, dijo Chris McGrath, vicepresidente y jefe de sustentabilidad de Mondelez, a la vez que resaltó que la compañía continuará convirtiendo su huella eléctrica de fabricación global en energía renovable y reemplazará los combustibles como el gas natural, el diésel y la gasolina con alternativas ecológicas.
UNILEVER
Con un poco más de 1.100 millones de dólares de inversión durante los próximos 10 años, esta compañía británica creó el “Fondo para el Clima y la Natruleza”, con el cual desea materializar su compromiso para combatir “el cambio climático y proteger y regenerar la naturaleza".
La compañía resaltó que estos fondos se utilizarán en proyectos que "probablemente incluyan" la restauración del paisaje, la reforestación, el secuestro de carbono, la protección de la vida silvestre y la preservación del agua.
Igualmente, Unilever planea, para 2030, reducir en un 50 % la huella de gases de efecto invernadero de sus productos en toda la cadena de valor, a partir de una línea de base trazada en 2010. El compromiso de la compañía es que a 2039 todo su portafolio sea cero emisiones netas, lo que incluye el abastecimiento de los materiales usados hasta el punto de venta.
En su informe de sostenibilidad de 2020, la compañía anunció que todas de fábricas de producción operaron con electricidad 100 % renovable, lo que se tradujo en una reducción del 61 % en emisiones de Alcance 2, en comparación con el año completamente anterior.
KELLOGG’S
El gigante estadounidense de cereales y refrigerios no ha comunicado una fecha específica para alcanzar el cero emisiones, pues según afirmó por medio de un comunicado: “(…) a medida que las empresas comienzan a publicar compromisos de cero neto, Kellogg’s considerará su enfoque una vez que haya una definición y un estándar aceptados globalmente que definan el concepto. La iniciativa Science Based Target está desarrollando el protocolo net zero que se publicará a finales de año. Después de que se publiquen la definición y el estándar, colaboraremos con expertos en clima y socios para determinar el mejor camino a seguir para nuestro compromiso de nutrir la planta y proteger los recursos”.
Sin embargo, en mayo de 2021, la compañía emitió un bono de sostenibilidad de 338 millones de dólares para financiar o refinanciar proyectos relacionados con las energías renovables, la eficiencia energética, la economía circular y la gestión de residuos.
Los ingresos del bono de sostenibilidad apoyarán temas relacionados con la resiliencia climática, el bienestar y el alivio del hambre y se vincularán con el compromiso de Kellogg’s de ayudar a crear 'Mejores Días' para tres mil millones de personas y el planeta para 2030, dijo la compañía.
Aunque las compañías han hecho esfuerzos, estos rara vez se han verificado externamente.
GRUPO BIMBO
El ícono mexicano de la panificación, Grupo Bimbo, trazó su compromiso de cero emisiones netas en tres metas intermedias: eliminar las emisiones de Alcance 2 para 2025, así como reducir el 50% de Alcance 1 y el 28% de Alcance 3 para 2030.
Las iniciativas del grupo incluirán migrar a energías 100% renovable, cambiar a logística y vehículos con menos carbono, implementar estrategias de eficiencia energética y apoyar a proveedores y socios en la reducción de sus emisiones a través de la innovación tecnológica.
JBS
El gigante brasileño JBS se comprometió a cero emisiones netas para 2040, según informó en marzo anterior, convirtiéndose en la primera empresa del sector cárnico en establecer un objetivo de esta naturaleza.
El compromiso abarca las operaciones globales de la empresa, incluidas Pilgrim's Pride, en los EE. UU., y Moy Park, en el Reino Unido, así como su cadena de suministro de productores agrícolas, proveedores y clientes.
La compañía también firmó la iniciativa Business Ambition for 1.5°C del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que se alinea con el objetivo del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global.
Para llegar a cero neto, JBS planea a invertir más de 1.000 millones de dólares durante la próxima década en proyectos de reducción de emisiones y para eliminar la deforestación de su cadena de suministro global para 2035.
JBS también se ha fijado el objetivo de utilizar solo electricidad renovable en sus instalaciones para 2040, al tiempo que invertirá en proyectos de investigación y desarrollo para ayudar a los esfuerzos de los productores en la agricultura regenerativa, incluidas las tecnologías de captura de carbono y mitigación de emisiones en la granja.
PERO, ¿VAMOS BIEN?
No hay duda que para cualquier marca le será cada vez más difícil hablar sobre sostenibilidad, pues los resultados serán escrutados con mayor severidad. Un modesto estudio adelantado por la Escuela para el Medio Ambiente de la Universidad de Yale, en el que se consultaron a 46 empresas de alimentos, y que se publicó en marzo anterior, evidenció que aunque "se hizo un gran esfuerzo para parecer un buen actor, estos esfuerzos rara vez se verificaron externamente". Lo anterior, se ha convertido en terreno fértil para los contradictores, que han llamado a muchas de estas iniciativas como lavado verde.
Y es que cuando se evalúa a la industria en conjunto, los resultados no parecen los más satisfactorios. El pasado septiembre, la World Benchmarking Alliance (WBA) publicó un informe titulado Food and Agriculture Benchmark, la primera evaluación de toda la cadena de valor alimentaria, desde la granja hasta el tenedor.
Después de un año de investigación, la WBA clasificó a 350 empresas según su impacto ambiental, nutricional y social en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los hallazgos revelan brechas en la adaptación de la industria al cambio climático, el progreso en materia de derechos humanos y la contribución a dietas saludables.
WBA encontró que 123 de 350 de las mayores empresas de alimentos y agricultura no han establecido objetivos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Igualmente, reveló que solo 26 de las 350 empresas están trabajando para reducir las emisiones de sus actividades directas (alcance 1 y 2) a través de objetivos basados en la ciencia, alineados con la trayectoria de calentamiento de 1,5 °C establecida por el Acuerdo de París.
Por su parte, también se reveló que 202 empresas no informan públicamente sobre el Alcance 3, y mucho menos establecen objetivos para reducir las emisiones.
A pesar de una falta generalizada de acción en la industria, hay algunos líderes, clasificados entre los 10 principales, que muestran compromisos, objetivos medibles y un impacto significativo. Este pequeño grupo incluye empresas de casi todos los sectores de la cadena de valor, y es evidencia de que los temas ambientales, sociales y nutricionales pueden y deben ser abordados por todas las empresas del sistema alimentario.
A continuación presentamos un resumen de los hallazgos más relevantes que realizó WBA en las compañías de América Latina.
Fuente: 2021 Food and Agriculture Benchmark, de World Benchmarking Alliance.
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