Impuestos a bebidas azucaradas podrían no estar dando resultados esperados, según estudio

Los impuestos a las bebidas azucaradas son un tema de álgido de debate entre sus detractores y partidarios. Un estudio de las universidades de Cornell y Iowa muestra que aunque sí­ han logrado reducir el consumo, en las ciudades de Filadelfia y Oakland el gravamen parece no estar dando los resultados esperados.

En Oakland se aprobó desde 2017 una tasa de un centavo por onza a las bebidas azucaradas mientras que en Filadelfia el monto es de 1.5 que fue aprobada por el concejo de la ciudad en 2016 y funciona desde 2017.

Según datos recogidos en el informe lo que se observa es que aunque las personas adultas sí­ redujeron su consumo de bebidas azucaradas en un 30% en Filadelfia y en un 9% en Oakland, no hay información que demuestre que el consumo de los niños haya disminuido en un porcentaje relevante.

Además y aunque el precio del impuesto fue asumido en su gran mayorí­a por los consumidores finales, el valor de las bebidas apenas aumentó 21% en Filadelfia y 8% en Oakland, lo que dio como resultado entre otras cosas que el primer año los impuestos obtenidos fueron 15% más bajos a los esperados.

Otro hecho que encontraron los investigadores es que los consumidores tomaban la decisión de salir de la ciudad para comprar bebidas libres de impuestos al azúcar y así­ poder seguirlas consumiendo al precio que estaban acostumbrados.

De modo que, señala el documento, es posible cuestionar la efectividad de estas polí­ticas para combatir la obesidad y diabetes teniendo en cuenta que el consumo en jóvenes no se vio disminuido y que en adultos la disminución ni siquiera alcanzó el 10% de los consumidores.

Sin embargo defensores del impuesto aseguran que los fondos ayudan a mejorar la cobertura de salud pública. Por ahora, a los impuestos les está costando ser aprobados en varias ciudades y estados de paí­s norteamericano debido a la dificultad de probar su efectividad en algunos territorios y la fuerza que hacen los lobbistas.

En California, por ejemplo, un impuesto de dos centavos por onza que pretendí­a ser implementado se cayó por falta de apoyo hace apenas unos meses, mientras que en Arizona, Washington y Michigan los gobiernos estatales han prohibido a las distintas ciudades que se impongan estas tasas.

Por ahora los impuestos a las bebidas azucaradas, señala el medio estadounidense especializado Food pe, deberán mostrar una conexión más clara con los beneficios a la salud pública que ofrecen o terminarán siendo cada vez menos.