
El etiquetado debe ser una herramienta de información y no de alarma: ANDI
El etiquetado debe ser una herramienta de información y no de alarma: ANDI
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Por: Camilo Montes, director de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI
El etiquetado frontal provee información con referencia en las proporciones consumidas, respeta la autonomía y preserva el derecho de elección del consumidor.
A la hora de consumir los alimentos desarrollados por la industria, las necesidades de los colombianos han cambiado significativamente, la prioridad histórica de tener alimentos inocuos hoy se complementa con las tendencias por llevar una vida saludable y balanceada, y la reflexión hacia el impacto en asuntos como las enfermedades no transmisibles generadas por la obesidad. Estos son algunos de los factores que motivaron a que tanto ciudadanos como tomadores de decisión hayan puesto sobre la mesa, desde ya hace algunos años, la necesidad de regular las etiquetas de alimentos como una medida que permita mejorar los índices en la salud pública del país.
Muchas de estas voces defienden la idea de implementar un etiquetado de tipo advertencia, que "alerte" a los consumidores acerca del azúcar, sodio, grasas y calorías presentes en los alimentos envasados. Aunque estas campañas han permitido posicionar el tema en la agenda pública, no hay que olvidar que la discusión sobre la información nutricional debe desarrollarse basada en evidencia técnica y científica que respalde cualquier decisión que pueda tener un impacto en la salud pública.
Recordemos que hoy en Colombia la tabla nutricional no es obligatoria para todos los alimentos, solo se tiene que poner en el empaque cuando se hace alguna declaración nutricional sobre el alimento. Esto nos pone muy lejos, no solo de las mejores prácticas mundiales, sino de lo que el consumidor colombiano espera.
En cuanto al etiquetado en el frente del envase (denominado FOPL por su sigla en inglés) es necesario tener en cuenta que existen más de 24 formas diferentes de etiquetado que se están discutiendo en el mundo, por lo que el objetivo común debe ser encontrar el modelo que más se ajuste a las necesidades nutricionales de los colombianos. De ahí, la urgencia de discutir la forma, el tamaño, el color y los tipos de iconos que debería incluir el etiquetado frontal, para que los colombianos puedan tomar decisiones informadas (incluir grafico). En este sentido, es fundamental el liderazgo que hoy ejerce el Ministerio de Salud, quienes se encuentran construyendo un Análisis de Impacto Normativo en la materia.

"El caso chileno muestra que "alertar" al público sobre el nivel "Alto en" de ciertos nutrientes no es una estrategia que permita mantener los resultados de los primeros seis meses, en el largo plazo"En esta medida, desde la industria de alimentos, consideramos que la ruta debe ser por un etiquetado frontal informativo que permita a los consumidores tomar las mejores decisiones a la hora de decidir y comprar sin estigmatizar los alimentos procesados o sus ingredientes que pueden estar presentes en una dieta balanceada. Recientemente, desde nuestra Cámara ANDIAlimentos, la industria asumió como uno de los compromisos voluntarios la implementación de un sistema de etiquetado que le brinda al consumidor información clara y completa. El etiquetado que acogieron las empresas de manera voluntaria, es el de Guías Diarias de Alimentación – GDA, que fue desarrollado por en Reino Unido por el Gobierno, la academia, la sociedad civil y la industria hace algunos años. Este etiquetado frontal informativo, vigente desde 2016 en más de 4.771 referencias de alimentos, provee información con referencia en las porciones efectivamente consumidas, respeta la autonomía y preserva el derecho de elección del consumidor. Además, presenta la cantidad y el aporte a la dieta de una porción del alimento respecto a nutrientes sensibles como grasas, azúcar y sodio. Así como, la cantidad de energía (calorías). El debate en torno al etiquetado frontal de los alimentos no se ha dado exclusivamente en Colombia. Las experiencias internacionales pueden servir como una guía para orientar las decisiones en el país. Aunque puede ser prematuro por llevar solo 3 años de implementación, el caso chileno muestra que "alertar" al público sobre el nivel "Alto en" de ciertos nutrientes no es una estrategia que permita mantener los resultados de los primeros seis meses, en el largo plazo. Cuando la medida entró en vigencia en Chile hacia 2016, el resultado inmediato fue el esperado: se disminuyó el consumo de los alimentos con los sellos octagonales. Sin embargo, según un estudio de la Universidad de Chile, cerca del 60 % de los productos lleva un sello, lo que hace que no sea fácil identificar y por tanto, a casi tres años de haber sido implementada la mediada, los consumidores se muestran indiferentes ante estos sellos octagonales. Lo que hemos observado desde la industria de alimentos es que cuando el consumidor quiere elegir dentro de una misma categoría de alimentos, cuál de ellos tienen más o menos presencia de cada nutriente, el etiquetado de advertencia chileno, no lo permite.
La información nutricional debe desarrollarse basada en evidencia técnica y científica que respalde cualquier decisión que pueda tener un impacto en la salud públicaAdemás, es esencial que el etiquetado esté alineado con las Guías que sobre Etiquetado Nutricional ha indicado el Codex Alimentarius, establecido por la FAO y la OMS y del cual Colombia hace parte junto con 187 países, para que se le facilite al consumidor elegir su alimentación con discernimiento a partir de sus propias realidades nutricionales. En particular sobre etiquetado frontal, El Codex esta contruyendo nuevas directrices que se esperan estén adoptadas el próximo año, los documentos que han puesto en consulta indican que son los Gobiernos Nacionales quienes debe liderar el proceso de construcción del etiquetado frontal, y que debe ser acompañado por todos los actores involucrados. Por eso, es necesario que el Ministerio de Salud y Protección Social impulse, de la mano del Congreso, las ONGs, academia y sociedad civil, estrategias que mejoren la alimentación de los colombianos. Para la industria de alimentos instalada en Colombia, el etiquetado (frontal y nutricional) que se adopte, debe construirse basado en evidencia científica y debe proveer información clara, veraz y suficiente para que los consumidores puedan tomar decisiones en su alimentación balanceada. Además, debe tener en cuenta las realidades nutricionales de los colombianos, respetando su autonomía y preservando su derecho de elección. Para abordar los desafíos en salud pública y responder a las necesidades cada vez precisas de los consumidores, es claro que el país no puede avanzar solo en el frente regulatorio, sino que esta debe ser una tarea que aborde la industria desde trabajos en temas como la reformulación, la comunicación responsable y en general las buenas prácticas, pero también debe trabajar en conjunto con las ONG'S, el Gobierno Nacional, academia, Congreso de la República y sociedad civil para construir estrategias que mejoren la alimentación de los colombianos

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